En los años siguientes a la Primera Guerra Mundial la teoiría del empleo de infantería mecanizada evolucionó rápidamente, lo cual no es sorprendente, puesto que los tres promotores más recordados del carro de combate: Fuller, Liddell Hart y Guderian, eran todo hombres de infantería con una fuerte inclinación por las tácticas de infantería ligera.

Tenían claro tras la Primera Guerra Mundial que, dada la limitación de los carros de combate, la infantería debía ser la encargada de destruir puestos anti tanque así como puestos ocultos y frenar el avance por zonas inacesibles para los carros de combate.

Varios ejercitos célebres como Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos sentaron las bases de las tácticas de la infantería mecanizada que se practicarían a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, y que siguen siendo válidas actualmente.